SED POR EL DIOS VIVO

“He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la Palabra de Jehová” Amos 8:11

jueves, 20 de enero de 2011

El pueblo de Dios


El pueblo de Dios
Autor: Pedro Pereira
El primer pueblo escogido por Dios fue Israel, cuando Dios le dijo a Abraham en el libro de Génesis 12:1-2 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Es así como nació esta nación llamada Israel, que tuvo entre sus patriarcas además de Abraham, a Isaac y a Jacob. Los israelitas se trasladaron a Egipto por causa de la sequia que hubo en toda la tierra, pero Dios les había preparado alguien que les proveyó de alimentos, ganado y tierras en el territorio de Gosen, este hombre usado por el Dios Todopoderoso para preservar al pueblo de Israel fue José, que llego a Egipto cuando fue vendido por sus hermanos a los mercaderes que se dirigían a Egipto, esta fue la forma milagrosa que Dios uso para que Israel creciera, hasta que llego al trono un faraón que esclavizo a los israelitas por cuatrocientos años, pero Dios vio el sufrimiento de su pueblo y le envió un libertador el cual fue Moisés, un israelita adoptado por la hija de faraón pero cuando supo su origen quiso liberar a Israel por medio de la fuerza, pero fracaso porque ese no era el plan de Dios, Moisés al verse descubierto de haber dado muerte a un egipcio huye al desierto hasta llegar a Madian, en donde conoce a uno de los pobladores, quien le provee de trabajo y hospedaje, quedándose por cuarenta años en aquel lugar, en donde tiene su esposa e hijos, andando Moisés en sus labores en el campo, específicamente en el monte Horeb vio una zarza que ardía como dice en el libro del Éxodo cap 3:1,2 que dice: Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Esta experiencia sobrenatural con Dios no llego hasta ahí sino que Dios le hablo a Moisés desde la zarza ardiendo tal como esta escrito en Éxodo cap 3: 4-10 que dice: Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: !!Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios. Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. Todas estas palabras, Dios las cumplió haciendo de Israel una nación poderosa, porque Dios no es hombre ni hijo de hombre para que se arrepienta, pues la palabra de Dios se ha cumplido cabalmente por todos los siglos. En este tiempo de la Gracia de Dios hay un pueblo llamado por Dios y es la Iglesia de Cristo, porque cuando Jesucristo vino como el Mesías prometido, el pueblo de Israel no le recibió tal como dice en el Evangelio de Juan en el cap 1:11,12 que dice: A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. La palabra de Dios nos dice que los suyos no le recibieron se refiere a la nación de Israel, pero debido a esto la salvación se extiende a los gentiles que no son israelitas, porque para Dios en esta dispensación de la Gracia todo el que cree en el Señor Jesucristo como Señor y Salvador es para Dios un hijo y forma parte del pueblo de Dios, ya sea judío o de otra nación, porque en este tiempo para Dios no hay acepción de personas, por la razón de que hacen dosmil años aproximadamente, Jesucristo su vida dio por todos los pecadores, por ello tienes la oportunidad de tener la salvación. Que Dios te bendiga abundantemente al leer este mensaje.

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